Al crear tu empresa estás pensando en papeleo, en trabajadores, lugar de trabajo, distribuidores, aspectos técnicos y tecnológicos… sin embargo esos activos pueden llegar e irse, son variables. Sólo hay una constante en tu negocio que siempre seguirá pase el tiempo que pase: tu marca. Ésta, sobre todo si la has sabido crear bien, permanecerá siempre e irá creciendo y otorgando a la empresa cada vez más valor. Google, Coca-Cola o Levi’s son solamente algunos ejemplos.

¿Por qué necesitas una imagen de marca para tu empresa?

Hoy en día, el servicio o producto que tú ofreces, lo están ofreciendo cientos o miles de empresas más. Puedes competir por precio o calidad de tu producto (entre otros), pero ninguna de estas estrategias funcionará del todo bien si no consolidas y ofreces una imagen distinta. ¿Qué quieres que tus clientes piensen de ti? ¿Qué te diferencia del resto de empresas? ¿Por qué deberían elegirte si ofreces algo parecido a lo de tus competidores?

La respuesta a todas estas preguntas está en una misma idea: identidad corporativa. Evidentemente no puedes modificar la opinión que se hagan de ti tus clientes, pero sí puedes ser partícipe de esa percepción. ¿Cómo? Teniendo claras desde el nacimiento de tu branding una serie de definiciones, que en base a las recomendaciones de Social Media Today, te compartimos:

1. Pregúntate quién eres

Párate a pensar quién es tu marca y qué ofrece, cuáles son sus valores, su espíritu. Puedes comenzar respondiendo estas preguntas:

– ¿Qué necesidad va a suplir mi producto o servicio? Describe exactamente «el problema» que vas a solucionar a tu cliente. Esto te ayudará a seguir los pasos siguientes cuando debas traducir este mensaje en diseños visuales que te definirán ante el público que no te conoce.

– ¿Qué personalidad tengo? Responde con tres adjetivos que definan tu marca y que la acompañen a lo largo de su vida, de manera que recuerdes de dónde vienes, cuál es tu historia, y ser fiel a tu propia identidad de marca a corto y largo plazo.

2. Pregúntate qué te diferencia de tus competidores

Habrá otros como tú. Piensa qué te diferencia de ellos. No solamente a nivel visual -nada peor que tener los mismos colores o tipografía que la competencia- sino que también has de saber qué evocan ellos, cuál es su mensaje implícito y cuál será el tuyo. A menudo se comete el error de no conocer a los competidores y esto se traduce en la creación de marcas que se parecen demasiado a las que ya existen, por lo que no logran convencer al público.

3. Conoce a tu público: ¿Quién es?

Tu identidad no puede ser independiente de tu público objetivo o target. Cuando tu negocio es digital, ¿Sabes quién quién está al otro lado de la pantalla? ¿Qué piensan, qué edad tienen, cuáles son sus inquietudes o gustos? ¿Qué podrían buscar (y encontrar) en tu marca? Afortunadamente existen multitud de herramientas de análisis para conocer estos datos que te darán la clave del engagement con tu marca.

4. Crea tu identidad: ¿Cuál es tu aspecto visual?

Una vez te has definido y tienes una idea de a quién te diriges, es indispensable que asocies tu marca con un logotipo, un eslogan, unos colores, y un mensaje definido. Y no solamente tu logo, sino todo tu sitio web y comunicaciones (mailing, anuncios, mensajes visuales, etc). Contrata a un especialista y sé bien exigente y responsable con tu identidad visual, pues será tu rostro para siempre.

En este sentido, es recomendable que hagas un manual de identidad corporativa que pueda servirte tanto a ti como a los colaboradores que contrates o las empresas con las que vayas a trabajar.

5. Pregúntate cómo vas a convertir tu imagen de marca en tu estandarte (planifica a largo plazo)

Los cuatro pasos anteriores no son cuestión de un par de días. Para que tu marca se consolide y sea reconocida frente a otras, tiene que haber un buen trabajo continuo y sólido. Para ello debes contar con una estrategia de branding y utilizar adecuadamente tu marca. No cambiarla a no ser que sea estrictamente necesario, y tenerla en cuenta en todo momento. La identidad de marca será como el rostro de tu empresa; es decir lo que más se ve y comunica de una persona.

Parecen muchas preguntas difíciles de responder. Pero en realidad se trata de cinco pasos que debes dar con firmeza y planificación, para obtener una gran imagen de marca personal e intransferible, conocida y valorada por todos.